Uno de los rasgos característicos de los bilbaínos es el amor a la bicicleta. Es uno de los deportes más populares, a pesar de la accidentada topografía de la provincia de Vizcaya, caracterizada por una continua sucesión de pequeños montes y valles situados junto a la costa del cantábrico.
Bilbao en Bicicleta
La ciudad de Bilbao está encajonada en una pequeña depresión rodeada de montes a la que los bilbaínos denominan cariñosamente “el bocho”. La única posibilidad de evitar tener que enfrentarse a fuertes desniveles es no alejarse de la orilla de la ría del Nervión que comunica Bilbao con los pueblos portuarios de Portugalete y Las Arenas, sin salir del área metropolitana, o limitarse a circular por el ensanche construido a partir de finales del siglo XIX en los únicos terrenos llanos disponibles de la ciudad. Sin embargo, los bilbaínos son unos “tipos duros” que practican la bicicleta con entusiasmo. Abundan las actividades de cicloturismo y son numerosos los equipos de ciclismo amateur y profesional, como el famoso Euskaltel-Euskadi, célebre por ganar varios tours de Francia y el Bizkaia-Durango (femenino).
Bilbao en Bicicleta
Pero no hay que tener miedo en circular en bicicleta por Bilbao, montados en nuestras bicis o alquilando alguna que pone a disposición el Ayuntamiento. Si bien la ciudad no cuenta con una amplia red de ciclo vías, los automovilistas están acostumbrados a compartir el tránsito con ciclistas y los respetan. Así que no es mala idea animarse a recorrer Bilbao en bici, sobre todo ahora que ha llegado, finalmente el buen tiempo.
Bilbao en Bicicleta Ciclovía
Para comenzar podemos salir desde el teatro Arriaga edificio de estilo neo-barroco similar al de la Ópera de París, construido a finales del siglo XIX y adentrarnos a la zona del Casco Viejo, visitar el mercado, la iglesia de Santiago, la plaza nueva, el Ayuntamiento (Municipalidad) y volver por el paseo del Arenal, antiguo puerto de la ciudad y actualmente una bella explanada ajardinada, sede de un mercadillo con puestos de venta de flores los fines de semana. Frente al teatro Arriaga está la Iglesia de San Nicolás de Bari, de estilo barroco, construido en 1756, cuya fachada recuerda al de la catedral de México por su entrada principal y las dos torres adosadas a cada lado.
Bilbao en Bicicleta San Nicolas
En las bonitas callejuelas del Casco Viejo podemos degustar los típicos pinchos (Pintxo: porción de comida colocada sobre una pequeña rebanada de pan sujeta a la misma con un palillo) acompañados -en mi caso- de un vaso de Chacoli (Txacoli: vino blanco de la costa vasca con un punto de aguja o gas) o, si se prefiere, de un Zurito (Zurito: cerveza de presión servida en vaso pequeño). Porque es impensable ir a Bilbao y no entrar en sus bares, verdaderos puntos neurálgicos de la vida social. Además, a mi juicio, la mejor forma de conocer cualquier lugar es probando sus comidas y bebidas.
Bilbao en Bicicleta Casco Viejo
Ya abastecidos de la energía necesaria dejamos el margen derecho de la ría y pasamos al otro lado. Atravesamos el que se considera el primer puente de Bilbao, el puente San Anton (originalmente del s. XIV, el actual se reconstruyó en 1937 con menor inclinación, por fortuna para los ciclistas), al lado de la iglesia de igual nombre. La iglesia de San Antón acoge un albergue de peregrinos del Camino de Santiago. Se dice que en el siglo XV desde ese punto se “empozaba” a los condenados. (El “empozamiento” consistía en atar al condenado una roca al cuello que se lanzaba desde lo alto del puente al río, causándole la muerte por ahogamiento).
Es muy agradable seguir el carril bici que recorre las orillas de la ría por ambos lados y que nos llevará por diversos tramos de un hermoso paseo fluvial con arboledas. Durante el trayecto podemos contemplar las más diversas construcciones, entre las que destacan, tanto por su diseño como por su altura, las dos torres de 82 metros del arquitecto japonés Arata Isozaki.
Bilbao en Bicicleta Museo
Pero, sin duda el edificio más llamativo es el Museo Guggenheim de arte moderno. Está en el margen izquierdo, aunque también puede accederse desde el otro lado por el puente peatonal Zubizuri, obra del arquitecto Santiago Calatrava. Este puente de cables de acero cuenta con unas cómodas rampas que permiten el tránsito sin dificultad a ciclistas y otros rodados. La vista del museo desde la orilla opuesta es verdaderamente espectacular.
Bilbao en Bicicleta «Puppy»
El Guggenheim es sin duda el monumento más visitado de Bilbao y atrae a muchos turistas. Fue diseñado por el arquitecto canadiense, afincado en Estados unidos, Frank O. Gehry. Su característica más llamativa es su diseño con formas curvilíneas y retorcidas, recubiertas de piedra caliza, cortinas de cristal y planchas de titanio. Algunas esculturas están colocadas en el exterior del museo. Destacan la escultura «Mamá» una araña de bronce, acero y mármol de diez metros de altura, obra de la artista francesa Louise Bourgeois, que representa la maternidad, ya que en su vientre porta una cría y, sobre todo, el perro más famoso de Bilbao, “Puppy”, que está frente a la entrada principal del museo, y que es obra del artista estadounidense, Jeff Koons. “Puppy” es una escultura floral de 13 metros de altura de un perro de raza West Highland Terrier. Fue adquirida en 1997 por la fundación del museo y se transformó en la mascota de este, y desde entonces se la mantiene cambiando sus flores dos veces al año. Los bilbaínos se refieren al museo, haciendo uso de su legendaria exageración, como a la caseta de Puppy.
Bilbao en Bicicleta Iberdrola
Desde el museo podemos ver la Torre Iberdrola, un rascacielos de 165 metros de altura, del arquitecto César Pelli Se trata del edificio más alto de Bilbao, con 41 plantas, y su diseño tiene forma de triángulo isósceles con los lados ligeramente curvos.
Finalmente, cruzando una nueva pasarela peatonal completamente revestida con listones de madera, accedemos a la Universidad Literaria, de 1883 y declarada Monumento Histórico en el 2002. El carril bici continúa unos cuantos metros más hasta cruzar de nuevo la ría a la altura del auditorio Palacio Euskalduna, después de visitar el cual podemos volver al inicio por cualquiera de las dos orillas.
Camino en Bicicleta Bilbao
Si bien aquí termina el recorrido por la ciudad aún resta recorrer los alrededores de la Villa, no solo las montañas esperan por ser visitadas quedan las localidades aledañas como Sestao, Getxo, Sopelana, Plencia…pensad que visitar Bilbao centro, es sólo el prólogo de lo que puede ser rodar por estas tierras.
Síguenos en FB como “Ohmy bike” y en TW @ohhmybike, ¡si! con doble “h”.
En TW como @mirucka en FB como Miriam Gonzalez Tamayo
Porfa sigan también a @ypsym por su asesoría, el Arquitecto Koldo Blanco.